FUNDACIÓ MIGUEL ROSA MORÁN

Noticias

Conocer cómo el entorno influye en determinadas conductas puede hacer que sea más fácil prevenir algunas alteraciones de conducta en demencias. Lo anterior y conocer a la persona son información muy importante en el manejo de su comportamiento. Por ejemplo, si la persona siempre ha valorado su privacidad e independencia, recibir ayuda para comer o lavarse cuando no es del todo necesario puede provocar alguna reacción catastrófica y por tanto, la estrategia para intervenir ha de ser planificada.

Consejos para manejar el comportamiento agresivo

Gestionar el bienestar de la persona.

Los gustos de la persona sin claves para definir “la rutina” de la persona. Este elemento es fundamental en una enfermedad como la demencia. Si a la persona le gusta tomar el aperitivo y leer la prensa, planifique su día a día con actividades que permita realizar dichas acciones. Tener una rutina bien definida previene que realice sus actividades con mayor fluidez que, por los motivos que sea, la persona se niegue a hacerlas. El aseo suele ser una de ellas y para ello es muy importante rutina, orden y flexibilidad a la hora de ayudarles a realizarlas.

Otros métodos que pueden ayudar incluyen:

  • Asegúrate que la persona duerme lo suficiente. El cansancio puede hacer que se sienta abrumado y frustrado, lo que aumenta la probabilidad de un comportamiento agresivo.
  • Crea un ambiente tranquilo. En este sentido es fundamental tener en cuenta que el cerebro ya no percibe el ambiente con la misma “calidad” y por tanto el ruido, el barullo, conversaciones rápidas pueden ser detonantes de episodios de agitación. Las fragancias también pueden ayudar, pero cuidado que igual que ayudan pueden ser igualmente desencadenantes.
  • Anima a realizar ejercicio físico moderado. Esto puede ayudar a reducir la agitación y la agresión, así como a mejorar su sueño. Puede brindar oportunidades para la interacción social con otros y puede brindarle un buen descanso posterior.
  • Estimular los sentidos, por ejemplo, con masaje de manos, aromaterapia o acciones familiares y repetitivas como doblar ropa o clasificar botones.
  • Intervenciones asistidas con animales.
  • Intervenciones que incluyan, según sus gustos, danza, teatro, canto, dibujo o pintura.
  • Estimulación cognitiva pautada: implica actividades y ejercicios diseñados ad hoc con el fin de potenciar los dominios cognitivos que mejor se muestran. Las actividades se basan en aspectos ocupacionales e intereses cotidianos.
  • Aprende a detectar signos de malestar en la persona. Estos pueden ser pródromos de la agitación:
    • Frotarse o tirar de una parte del cuerpo en particular
    • Expresiones faciales de dolor, tocarse el estómago, apretar los dientes…
    • Lenguaje corporal: sentarse mal, balanceo de cuerpo, deambular
    • Cambios en las ganas de comer
    • Marcas en el cuerpo como irritaciones o inflamaciones

¿Cómo controlar la agresividad en la demencia?

A medida que avanza la demencia, el razonamiento y cómo se interpreta la realidad se van poco a poco deteriorando. Por este motivo, tratar de razonar y discutir con ellos no ayuda en nada.

Los siguientes consejos pueden ayudarte a manejar la situación. Son cosas que puedes hacer, y no hacer, mientras la persona sufre la descompensación de su conducta.

Es muy importante pedir ayuda a otros (incluso a los servicios sanitarios o de seguridad si fuese necesario] cuando la agitación y la agresividad es excesiva y la integridad del cuidador y la persona pueda estar en riesgo

En el momento

  • Antes de reaccionar, tómate tiempo para pensar sobre la situación, dando espacio a la persona e intentando en la medida de lo posible disminuir riesgo de lesión
  • Aunque puede ser difícil, trata de mantener la calma. Es la mejor arma en esos casos ya que como cualquier persona, es probable que la persona responda a ello.
  • Evita el enfrentamiento. Una respuesta así alimenta el enojo ya existente
  • Asegúrate de estar a salvo y en la medida de lo posible, la persona con demencia. Pide ayuda si lo ves necesario
  • Da a la persona espacio y tiempo. A menos que sea absolutamente necesario, evita acercarte demasiado.
  • No sujetes a la persona que está agitada, puede empeorar las cosas.
  • Trate de no gritar ni iniciar contacto físico; la persona puede ver esto como un comportamiento amenazante.
  • Busca el mejor momento para introducir algún mensaje de tranquilidad, reconociendo sus sentimientos y mostrando apoyo.
  • Piensa en cómo se sienten, qué intentan expresar y cómo puede apoyarlos emocional e instrumentalmente.
  • Intenta escuchar lo que está intentando transmitir la persona con demencia con su lenguaje oral y corporal.
  • Si estás tratando de apoyar a la persona con una actividad o tarea y se agita, piense que quizá le puede estar pidiendo algo por encima de sus posibilidades. Deja espacio y vuelve más tarde a intentarlo de nuevo adaptando la manera y como si nada hubiese ocurrido antes.
  • Trate de distraer la atención de la persona si continúa la agitación, pero solo si la intensidad ha disminuido, si no, nunca. Distraer es la mejor arma para cualquier situacintrate en la persona, nunca en lo que ha hecho.
  • No hay intenciivo:
  • mejor arma para cualquier situacion o
  • sma «rminados apón.
  • Si la persona es físicamente violenta, aléjese de la situación y busque ayuda.

Cuando el comportamiento ha pasado

En minutos todo el drama puede ser que se haya olvidado. Por ese motivo:

  • Nunca reprendas ni castigues a la persona con demencia. No hay intención.
  • Céntrate en la persona, nunca en lo que ha hecho.
  • Si esto es muy habitual busca apoyo en tu médico de primaria o en alguna asociación de familiares de personas con demencia. Ellos sabrán orientar la situación de manera específica a tus necesidades.